Con viento del este hiciste una cama, soplaste sobre ella para templarla. Y con el murmullo de tu voz de agua me cantabas nanas sin letra.
Y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses. Y medíamos el tiempo en latidos. Y en tus dedos yo tocaba mis canciones, dedos de teclas de celesta.
Y tu pulso tamborileaba en mis sienes y muñecas como diminutas patas de ciempiés. Y nos repartíamos los labios y los dientes y el hipo, y del alfabeto, las impares.
Y en tus dedos yo tocaba mis canciones, dedos de teclas de celesta. (x2)
miércoles, 21 de mayo de 2008
Maga - Diecinueve
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